Pero hay un lugar donde el Olvido, Floreció.

sábado, 27 de febrero de 2010

La apuesta.

Después de un día agitado, un tiempo en el bar era ideal para pasar un momento de agrado cuando caía la noche en Laguna Verde. Después de un rato en el lugar, mientras ella jugaba cartas con dos hombres del lugar, las risas abundaban y el licor de el ponche le quitaba el frio intenso que se sentía en el lugar. Con el correr del juego y del tiempo, disfrutaban cada vez más aquellas miradas que cruzaba con él, por que todo esto tenía una razón de ser, estaba él : Francisco, que era casi perfecto para ella. Avanzaba el juego, y uno de los compañantes se retiró, y por fín estaba sola con él. Siguieron como si nada más existiera en el mundo, las miradas eran eternas, el tiempo se detubo, y sólo fue interrumpido, cuando le ofrece una apuesta - Una apuesta abierta, donde el ganador elegiría cualquier cosa inmaterial de el perdedor-. Ella perdió, y pagó.